Meditación de ordenamientos existenciales
Nos apoyaremos para ellos, en una imagen poco conocida y la desarrollaremos de manera amable, lúdica y quitándole gravedad a toda una auto-observación, desde una condición de imparcialidad en relación a la forma de desenvolvernos personalmente en lo practico, cotidiano y en lo existencial. Desde esta conciencia de aquello que nos conviene superar y renovar, para rescatar aquella manera original que permite que todo circule, se regenere y se resuelvan todos los estancamientos de todo tipo, que son las causas de la entropia del mundo interno y lo enferman de tantas maneras: Cansancio Emocionalidad Miedos Debilidades diversas Insatisfacción Saturación Enfermedades corporales, etc. De tal forma que vuelvan a fluir los circuitos que alimentan los impulsos a crecer y evolucionar de todas las maneras con las que contamos desde el origen.
Comencemos
• Tomemos una postura cómoda • Apliquemos la respiración completa pero suave y lenta. • Dirijamos la concentración al entre cejo • Fijemos allí una pantalla imaginaría y sobre ella proyectemos nuestra propia imagen, caminando por un lugar creado o recordado que nos evoque serenidad, • Luego nos observamos desplazar por la vida. a) Con tiempo para mirar las estrellas, la inmensidad. b) Conscientes de donde damos cada paso al caminar en toda una relación directa con lo terrenal. c) Mientras nos queda tiempo para fijar la vista en el horizonte y su diversidad de alternativas.
Relacionando las estrellas y la inmensidad, con la búsqueda fundamental que nos conecta con el sentido, con el origen, con lo ontológico, etc. , Como necesidad de nuestra naturaleza esencial. El horizonte lo relacionamos con nuestros proyectos, perspectivas y posibilidades. Se asoman de allí las capacidades y herramientas que nos apoyan. Logros vivificantes, comenzando por la intención que impulsa caminos nuevos y creativos. La conciencia de cada paso lo relacionamos con la mayor valoración de lo simple y de lo cotidiano como posibilidad de de crecer a través de las etapas, responsabilidades, los roles, los papeles y deberes que vuelven a su condición de milagro por su contenido humanizante y experiencia que finalmente son un milagro. Desde está triada rescatamos experiencias que se han ido inhibiendo con el embrutecimiento cotidiano en un reduccionismo aplastante, rutinario, minimizador, condicionante. Y vuelven a tomar valor las vivencias sociales, familiares, laborales, recreativas, afectivas y especialmente el rescate urgente de un tiempo fundamental para uno mismo como base y plataforma de despegue hacia la vida integra y plena.
Una propuesta de la escuela de Yoga integral de Santiago de Chile, hacia el Samadhi.
