¿Qué es la respiración? La definimos como el proceso de intercambio gaseoso que permite la subsistencia de la vida celular. Es la principal de nuestras funciones vegetativas.
Información básica anatómica y fisiológica El aire promedio que respiramos contiene un 21 % de oxígeno, un 78 % de nitrógeno y un 1 % de otros gases. Nuestra capacidad pulmonar es aproximadamente de cinco litros. Respiramos normalmente una quince veces por minuto y en cada respiración (que consta de expiración e inspiración), movemos aproximadamente medio litro de aire, del cual, 150 nil. quedan en las vías respiratorias superiores donde no hay traspaso gaseoso; es decir, a los alvéolos pulmonares sólo llegan 350 nil. de aire con cada respiración. Los alvéolos son pequeños sacos desde los cuales se verifica el paso de oxígeno hacia la sangre y del anhídrido carbónico desde la sangre. Se calcula su número en 300.000.000 de unidades, y la membrana interior, por donde se verifica el intercambio gaseoso en un proceso de osmosis, tiene una superficie aproximada de 100 m2. El aire que no se renueva (tres litros) se llama aire residual o de reserva. Si respiramos profundamente varias veces al día, este aire de reserva se mantendría en buenas condiciones, con un buen nivel de oxigenación, pero la vida sedentaria nos lleva a una respiración mínima que no nos permite renovar ese aire de reserva como sería de desear. En el fumador, por ejemplo, o en la persona sometida a atmósferas contaminadas, el aire de reserva o residual está aún en peores condiciones, y la renovación frecuente se hace aún más necesaria y urgente.
EN LOS PULMONES DISTINGUIMOS TRES ZONAS RESPIRATORIAS: a) Base de los pulmones. Que da origen a la respiración diafragmática. Permite movilizar aproximadamente el 60% de la capacidad pulmonar. Al practicar esta respiración, se produce el descenso del diafrágina (músculo plano horizontal ubicado en la base del tórax) y la presión sobre los órganos abdominales desde arriba, los empuja hacia afuera. b) Franja pulmonar media. Da origen a la respiración torácica. Moviliza el 30% aproximado de la capacidad pulmonar. Al usar esta zona respiratoria, se dilata el tórax, advirtiéndose la separación de las tres costillas inferiores. c) Franja alta o clavicular. Da lugar a la respiración alta o clavicular que moviliza el 10% de la capacidad pulmonar. Consiste en utilizar el vértice superior de los pulmones. Esta respiración se puede advertir en la base del cuello, que sube y baja con su ritmo. Es la respiración característica de la mujer embarazada.
SOBRE LA BASE DE LO YA EXPUESTO, Y DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL YOGA, PODEMOS DESTACAR LOS SIGUIENTES FACTORES:
A) La respiración es la principal de nuestras funciones vegetativas y debe merecer una primordial preocupación. Las deficiencias respiratorias producen las más variadas afecciones de insospechada relación con dicha función. Hasta los estados mentales están muy directamente relacionados con la función respiratoria (ello permite lograr ajustes psíquicos a través de la corrección respiratoria). Hay un gran número de enfermedades originadas en la respiración defectuosa. B) Hay seis planos condicionantes de la función respiratoria sobre los cuales operan las técnicas del trabajo corporal del yoga: 1. Atmósfera exterior. Necesitamos que el aire que respiramos sea de la mejor calidad, que no solamente esté bien oxigenado, sino que posea su energía natural que sólo encontrarnos en el aire libre de los espacios abiertos. La vida moderna hace dificil encontrar la atmósfera adecuada para la respiración. Hay que buscarla especialmente en lo posible en parques, jardines, bosques, orillas de lagos, playas, montañas, etc., y de esa manera compensar el déficit que se nos va estableciendo en este aspecto. Las mejores atmósferas para la respiración son la orilla del mar, por la alta presión de oxígeno y la energía y la alta montaña por el segundo factor. 2. Mecánica respiratoria. La respiración (inspirar y expirar) debe hacerse exclusivamente por la nariz. Hay efectos de filtración del aire en la inspiración por la nariz. Hay efectos de conservación del calor en el tabique nasal en la expiración por la nariz . No hay pérdida de agua al exhalar por la nariz. En forma muy excepcional, y especialmente buscando refrescar el organismo, se puede expeler por la boca, especialmente en el esfuerzo deportivo muy intenso. En la inspiración se procurará emplear las tres zonas respiratorias que ya hemos distinguido, en este orden: diafragmática, torácica y clavicular, llenando en forma gradual desde abajo hacia arriba. Al vaciar también se procederá en la misma forma hundiendo el abdomen, el tórax y la zona clavicular. A esta respiración se le llama respiración completa y es la respiración típica del yoga. Durante ella es necesario mantener el abdomen bajo control de modo que su línea de contorno no se escape. Para este efecto se pone en acción los músculos oblicuos abdominales que deberán ser habilitados con ejercicios.
LA PRACTICA DE LA RESPIRACIÓN NOS ENTREGA LOS SIGUIENTES BENEFICIOS: 1. Extensión de la totalidad de la membrana permeable de los alvéolos pulmonares con un paso gaseoso máximo. 2. Acción sobre la reserva de aire o aire residual, purificándola en mayor medida de lo habitual. Si esta respiración completa se hace profunda, es decir, se vacía a fondo y se llena al máximo, los efectos serán progresivamente mayores, y se añadirá una activación circulatoria determinada por la creación de centros sostenidos de baja y alta presión en los pulmones. Si esta respiración completa y profunda se hace lenta y con retenciones, el paso gaseoso será mucho mayor, y el gasto de energía en la mecánica respiratoria será mínimo. 3. Paso gaseoso. La intensidad del paso gaseoso en los finos epitelios de los alvéolos pulmonares es variable. La mala irrigación, las partículas del humo del cigarrillo, la tensión, disminuyen momentánea o permanentemente la permeabilidad de la membrana. Afortunadamente mediante ejercicios respiratorios, posturas y relajación, se puede recuperar la permeabilidad y la calidad de los tejidos del sistema. 4. Traslado de oxígeno a las células y del anhídrido carbónico desde las células a los alvéolos pulmonares. La sangre verifica este traslado y la eficiencia de este proceso depende de la expedición circulatoria. Se habla de torrente sanguíneo, pero lamentablemente en muchos casos hay verdaderos pantanos circulatorios y el reabastecimiento gaseoso de las células de los tejidos, órganos y, glándulas, no llega al nivel necesario. Las prácticas de movilidad y posturales del yoga son un eficaz sistema para lograr estirar músculos y nervios contracturados, abrir los pasos circulatorios eliminando obstrucciones y en suma, permitir que la sangre llegue libre e intensamente a cada célula, entregue oxígeno y elementos nutritivos, y reciba anhidrido carbónico y elementos de desecho para llevar a los pulmones y otras vías de eliminación, desde donde saldrán al exterior. 5. Contenido de hierro en la sangre. Es determinante de la fijación de oxígeno en la hemoglobina. La mujer, como consecuencia de la pérdida menstrual, a menudo experimenta déficits en este aspecto. Las carencias de hierro en la dieta también merecen considerarse en este mismo tema. 6. Traspaso gaseoso a nivel celular. Esta es realmente la verdadera respiración. Todas las etapas anteriores son sólo de tránsito de oxígeno y Co2. Desde luego que el fenómeno de intercambio gaseoso a nivel celular (respiración tisular) es muy condicionante del metabolismo. Las alteraciones de este plano final de la respiración determinan anomalías y afecciones muy críticas que la ciencia investiga en la actualidad. Al respecto, bástenos saber por ahora que algunos ejercicios respiratorios del yoga pueden influir muy definitivamente en la eficacia del paso gaseoso a nivel celular. C) Técnicas respiratorias. Están agrupadas en la ciencia del Pranayama, materia en la cual cabe destacar los siguientes grupos de ejercicios en relación a la exposición anterior: a) Ejercicios de ventilación pulmonar. b) Ejercicios para aumentar el rango de la respiración. c) Ejercicios de fortalecimiento de la musculatura respiratoria. d) Ejercicios de energización. e) Ejercicios respiratorios de recuperación psíquica. f) Ejercicios respiratorios de relajación y meditación.